domingo, 21 de julio de 2013
La tráquea es un órgano del sistema respiratorio de carácter
cartilaginoso y
membranoso que va desde la laringe a los bronquios. Su
función es brindar
una vía abierta al aire inhalado y exhalado
desde los pulmones.
Es parte del aparato respiratorio, es un tubo hueco
localizada en el cuello
que se extiende entre la laringe y termina dividiéndose
o transformándose
en los dos bronquios principales, y se sitúa por
delante del esófago. La
tráquea esta formada por numerosas hemianillos
cartilaginosos, abiertos
por su parte dorsal, que es adyacente al esófago.
Estos anillos se
distribuyen unos sobre otros y están unidos por tejido
muscular fibroso. En
el ser humano la tráquea tiene una longitud de 10 cm a
25 cm de diámetro.
Su superficie interna esta revestida por una membrana
mucosa ciliada. Es
muy susceptible a infecciones respiratorias. A veces,
es necesario realizar
una traqueotomía debido a una obstrucción por un
cuerpo extraño o a una
enfermedad. Los conductos aéreos de ciertos insectos también
se
denominan tráquea.
En personas enfermas o accidentadas, la vía natural de respiración que
constituye la tráquea.
Puede sufrir daños e incluso obstruirse.
El procedimiento médico habitual en caso de obstrucción es la intubación
esdotraqueal. La intubación consiste en introducir un tubo
o sonda en la
tráquea del paciente a través de las vías respiratorias
altas. Dependiendo de
la vía de acceso que escojamos, tenemos dos tipos de intubación:
Naso traqueal: a través de las fosas nasales. Suele
utilizarse en intubaciones
programadas (anestesias, dificultad respiratoria en aumento...)
Oro traqueal: a través de la boca. Por lo general se utiliza
en intubaciones
dificultosas o de urgencia (reanimación cardio pulmonar) ya
que es la más
rápida.
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